Una mente tuvo una idea, un corazón tuvo una ilusión, dos almas se
cruzaron en el camino, descubriendo que eran el complemento perfecto;
estas almas hechas cuerpos decidieron bajar del aire las ideas,
convertirlas en semillas y sembrarlas en la tierra, las regaron con
amor, las incubaron con pasión, y hoy empiezan a germinar sus frutos.
Estas almas hechas cuerpos decidieron aventurarse a vivir,
emprendieron un viaje lleno de emociones, sensaciones, aromas y
sabores, y desde aquel entonces han navegado en mares naranjas y han
volado en cielos creativos. Poco a poco han visto sus sueños hacerse
realidad y después de cumplir cada uno, otros sueños más esperan
pacientemente a ser cumplidos.
Escrito por María Fernanda Rojas